04-08-2008

En el juzgado...


En este último tiempo, me ha tocado ir al juzgado de policía local por varias razones distintas. Esos juzgados tienen un toque especial de servicio público: ineficientes, burocráticos y poco amigables.


Entras y sacas el número para atenderte. Hay una cola de mil personas delante tuyo a pesar de que uno se levanta temprano. Para variar, los asientos escasean. Con cuea, hay dos. Después de dos horas aproximadamente, una vieja grita tu número como si le estuvieran metiendo algo por el culo. Entras y te encuentras con el estereotipo de funcionaria. Esas viejas gordas, gruñonas, medio hediondas que conversan de todo entre ellas pero que cuando te hablan, te gritan y gruñen como Shrek. Presenté mis papeles y me dijo automaticamente "Tiene que pagar 1,5 UTM ahora ya", sin preguntarle a la jueza ni nada, pero yo le pregunté si podía conversar con ella primero y emitió un rugido "mmrrrfff.. si", me miró con odio y se paró moviendo todos sus musculos (Generalmente estas viejas si se quedan quietas, se le siguen moviendo los musculos por un buen rato, de un lado a otro). En todos los juzgados pasa lo mismo, funcionaria que trabaja ahí, se las da de jueza y siempre te dice implicitamente "cagaste, tienes que pagar el máximo muajaja...", con un lado maquiavelico.


Después de otro eterno rato, la vieja gruñe como 10 nombres entre ellos el mío. Es hora de pasar a hablar con la jueza. Uno entra y la cosa es tétrica. Una valla de separación entre ella y yo, además de que su estrado es lo bastante alto como para que te le quedes mirando ligeramente hacia arriba, como si te quisiera comer.


El problema de los jueces es simple. Si te toca un juez, cagaste, no puedes implorar clemencia. Si te toca una jueza, generalmente tienen un minimo de sentimiento, asi que tienes que entrar como el gato con botas de Shrek, así con los ojos grandes y pupilas bien abiertas, con carita de "tengo miedo, no me haga nada". Con un puchero leve y la voz temblorosa. Todo eso y la matas. Solamente tienes dos minutos para hablar con ella, asi que hay que cuentearle la historia más triste de la vida. Para eso hay que sacar ideas de "Pasiones" y de las historias dramáticas de matinal que dan para rellenar a las 10 de la mañana.


Al tiempo de salir pidiendo piedad y clemencia, te vuele a llamar el monstruo que atiende, y te grita cuanto tienes que pagar y cual fue el "error" que cometiste, para que todos se enteren de lo que te pasó y te juzguen, mientras esos jorobados mutantes se rien de tí.


Ahi tienes que pasar a pagar a una caja una suma casi estratosferica, no porque la jueza te raje, sino por la maldita UTM que pasa subiendo cada mes y te caga. Después de pagar, te vas y sales un poco aliviado, pero con la certeza de nunca más querer entrar a ese ántro, porque siempre vas a quedar con ese trauma de haberte enfrentado a uno de esos demonios del servicio público y salir con los bolsillos vacíos de puro weon.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

en una palabra: INOPERANTE xD
yo recuerdo mi única ida al juzgado... cuando era más chica y nos agarraron "en estado de ebriedad y haciendo desordenes en la vía pública", y gracias al histrionismo de un amigo salimos sin pagar niuno, pero con los papeles supuestamente manchados y un mal rato. EN FIN, es tan malo el sistema público, TAN MALO! el otro día fui a inscribirme al registro electoral con una amiga y nos mandaron a 3 lados antes de llegar a donde de verdad estaban inscribiendo, y lo mismo, viejas que sólo copuchean entre sí y que con la peor cara del mundo te dicen: y usted por qué no se inscribió antes si tiene 20 años? UN ASCO. por ahí anda el video de eso... EN FIN xD

que no te pase de nuevo puh, maneja con cuidado y etc :D chau